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Las personas mayores colaboran en favor de niños con cáncer. Esta acción, como las propias pulseras, se convierten en un círculo virtuoso que teje nudos de esperanza y llena de ilusión dos lugares donde se recibe de una forma muy especial: los hospitales y las residencias de mayores. Esto supone una nueva forma de abordar las relaciones intergeneracionales, estableciendo lazos emocionales entre niños y mayores.
En las relaciones intergeneracionales suelen ser los niños y jóvenes los que dedican tiempo con los mayores para darles cariño y alegría. En esta acción son los propios residentes los que aportan su tiempo, ilusión y esfuerzo para dar esperanza a los niños.
Así lo explica el responsable de Comunicación de ORPEA Ibérica, Ricardo Buchó: “En ORPEA trabajamos diariamente para mantener las capacidades físicas y cognitivas de nuestros residentes, adaptando todas las actividades en función de su grado de autonomía y/o dependencia. Los mayores ayudan, según su perfil y capacidades, a confeccionar las pulseras Candela en los talleres de terapia ocupacional de las residencias (unos tejen, otros embolsan o cuentan abalorios…). De esta forma, mientras ellos se sienten motivados por ayudar a los niños, mejoran la concentración, la estimulación sensorial y cognitiva, y aumentan el grado de socialización en los tallares de terapia. Además, ayudando a tejer nudos de esperanza se sienten útiles e importantes, y mejoran su autoestima, lo que repercute en su bienestar y calidad de vida”.
Además, las residencias ORPEA se han convertido también en puntos de donación solidaria donde todos, residentes, trabajadores y familiares, pero también personas externas a los centros, pueden adquirir una pulsera.
Según indica Ricardo Buchó, “la colaboración con Pulseras Candela se ha iniciado en 12 centros, y va a llegar en los próximos meses a las 49 residencias de ORPEA en España. Desde el punto de vista cuantitativo, se prevé que va a generar este año 500.000 euros en donativos, con 1.960 residentes en los programas de terapia ocupacional, dedicando 50.960 horas de voluntariado en la confección de pulseras y habiendo realizado 5.000 pulseras listas para su entrega”. El proyecto conjunto de Pulseras Candelas se cierra con el envío de los fondos recaudados a la Asociación Pulseras Candela, que los destina a la investigación del cáncer infantil.
Cada año se diagnostican 1.200 casos de cáncer infantil en España, una dolencia considerada como una enfermedad rara. La mayoría de los recursos que se destinan a la investigación se dedican al cáncer de adultos, por eso son tan importantes iniciativas como la de Pulseras Candela, que ya ha recaudado más de 2 millones de euros. Con esos fondos, el Laboratorio de Oncología del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona ha crecido hasta disponer de 10 líneas de investigación, con 35 investigadores.
La historia de Pulseras Candela nace en 2013 con Candela, una niña ingresada en este centro por leucemia. Para llenar las horas en el hospital, una voluntaria le enseñó a hacer pulseras. Poco tiempo después, sus amigas Mariona y Daniela decidieron dar el nombre de CANDELA a las pulseras y recaudar dinero para la investigación del cáncer infantil. Las Pulseras Candela son un movimiento positivo, lleno de amor, solidaridad, amistad y unión, porque así son los protagonistas de nuestra historia, nuestros pequeños valientes.