ORPEA Las Rozas acogió el pasado viernes 10 de mayo un encuentro intergeneracional que facilitó el intercambio entre jóvenes y personas mayores con el fin de fortalecer el buen trato entre generaciones. Esta iniciativa forma parte del ciclo “Trata como te gustaría ser tratado” organizado por la Fundación Mayores de Hoy y contó con la colaboración de Grupo ORPEA y Adopta un Abuelo.

En esta cita intergeneracional, los alumnos del Colegio Endicott International de Madrid participaron en un taller educativo junto con personas mayores residentes del centro. La presidenta de la Fundación Mayores de Hoy, Matilde Pelegrí; la directora de ORPEA Las Rozas, Silvia Martín; y el fundador de Adopta un Abuelo, Alberto Cabanes, inauguraron la jornada y presentaron a los asistentes en qué consiste el programa intergeneracional de acompañamiento Adopta un Abuelo, en el que jóvenes voluntarios comparten su tiempo con personas mayores.

Conectar generaciones a través del acompañamiento ofrece estupendos resultados asistenciales, emocionales, cognitivos y psicológicos en las personas mayores. Por su parte, los más jóvenes aprenden valores y mejoran sus habilidades sociales, especialmente la empatía y la tolerancia.

Talleres educativos 
Durante la jornada, profesionales de Adopta un Abuelo y de ORPEA dirigieron el taller educativo intergeneracional. Dos equipos, formados cada uno de ellos por residentes y alumnos de la ESO tuvieron que ir superando retos para sumar puntos. El ganador tuvo que demostrar que era el mejor en las dos partes: la primera proponía varios juegos divertidos y de habilidad relacionados con construir cosas, dibujar, adivinar fotos de personajes famosos, cantar una canción, terminar refranes, ahorcado, etc. y la segunda planteaba preguntas para activar la empatía entre ambas generaciones para que los más jóvenes conocieran cómo ha sido la vida de los mayores.

Sin lugar a dudas, la relación entre personas de diferentes generaciones facilita el desarrollo integral de las personas, independientemente de su edad, porque se produce una transferencia mutua de conocimiento que enriquece a ambas generaciones.