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Esperamos que esta comunicación también resuelva la inquietud que hayan podido generar algunas recientes informaciones aparecidas en medios de comunicación.
En ORPEA Ibérica se activó desde el 22 de febrero un estricto sistema de vigilancia, prevención y control sanitario de acuerdo con las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud, el Ministerio de Sanidad y la Consejería de la Salud de las diferentes comunidades autónomas, para hacer frente a la epidemia de coronavirus. Para ello, se pusieron en marcha sistemas preventivos asistenciales y de higiene orientados a residentes, familiares y trabajadores.
Desde principios de marzo se limitaron las visitas a los residentes y, concretamente, a partir del día 9 de marzo, se suspendieron las mismas, anticipándonos una semana a la prohibición total de visitas en residencias instada por la Administración.
Asimismo, unos días después, se realizó el confinamiento de los residentes en sus habitaciones, anticipándonos también a la Orden Ministerial de fecha 20 de marzo donde se establecía esa directriz. Desde ese momento, las comidas, los cuidados, las actividades y la rehabilitación de los residentes se proporcionan de forma adecuada e individualizada en sus propias habitaciones.
En todos los centros ORPEA Ibérica, tras la confirmación del primer caso positivo donde lo ha habido, se activaron de forma inmediata medidas adicionales de protección, aún más exigentes, para la prevención y contención de la propagación del virus en el centro afectado.
Los equipos médicos de nuestros centros han trabajado, y continúan haciéndolo, en coordinación con los responsables asignados en los hospitales de referencia, en la evolución y tratamiento de los residentes con COVID-19 y aquellos que han presentado síntomas compatibles con este coronavirus
Queremos destacar, como hemos venido haciendo insistentemente, y como les consta a las Administraciones Públicas responsables de la gestión de la crisis, que en ORPEA Ibérica se ha contado desde el principio de la epidemia con un suministro y almacenamiento preventivo de dispositivos médicos y equipos de protección (EPI) para continuar la actividad de manera segura, habiendo realizado auditorías y formaciones concretas para asegurar el uso adecuado y correcto de cada equipo. La importante inversión de ORPEA Ibérica en la adquisición de dicho material ha sido y es una prioridad, algo que es perfectamente acreditable.
Todos nuestros centros disponen de cuatro zonas perfectamente delimitadas, que han cambiado y se han adaptado en función de la situación de cada momento. Estas unidades son atendidas por trabajadores asignados a cada uno de los grupos de residentes, garantizando que sean los mismos los que interactúen en los cuidados de cada uno de estos grupos. Estas zonas se determinan de la siguiente forma.
Adicionalmente, se establecieron circuitos de tránsito diferenciados para los trabajadores y materiales, con el objetivo de prevenir y reducir cualquier riesgo de contagio dentro de los centros.
Como es comprensible y notorio, tanto en el sector sanitario, como en el sector social, durante los primeros días de la crisis sanitaria hubo un impacto importante en la plantilla. También ocurrió en ORPEA Ibérica, pero las vacantes temporales producidas fueron inmediatamente cubiertas al haberse activado desde el mes de febrero un plan de reclutamiento por parte de la compañía, que es fehaciente, público y constatable a través de diferentes medios. Asimismo, las plantillas de todas las residencias que disponen de servicio de centro de día, fueron reforzadas por el personal adscrito a estas unidades, que dejaron de estar abiertas a partir del 14 de marzo.
Desde el comienzo de la crisis se han dado de alta a cerca de 1.400 nuevos profesionales por contratación directa. Incluso en los momentos más difíciles, los centros de ORPEA Ibérica han respetado las ratios establecidas para cada centro residencial, aun sin ser exigidas por la Administración, que tuvo en cuenta las dificultades de este sector para la cobertura de vacantes o el cumplimiento de las mismas. Pero, además de ello, se reforzaron puestos clave en los centros, tanto para el cuidado de los residentes, como para asegurar la comunicación diaria con los familiares y la comunicación periódica entre estos y los residentes, a través del sistema de videollamadas habilitado a tal efecto.
Gracias a nuestros profesionales habituales y a aquellos que, con la intención de trabajar en beneficio de los mayores, se incorporaron a nuestra plantilla durante esta crisis sanitaria, se han seguido asegurando los cuidados y los servicios para los residentes en nuestros centros. Para estos trabajadores se ha establecido un plan de incentivos que reconoce esta labor fundamental, aún en esta situación de dificultad.
Además, con el objetivo de ofrecer a todos nuestros profesionales herramientas prácticas para mejorar su estado emocional, así como estrategias efectivas para afrontar psicológicamente la situación derivada de esta crisis del COVID-19, se ha habilitado un servicio de apoyo psicológico en colaboración con la Clínica López Ibor.
En ORPEA Ibérica trasladamos información veraz y en tiempo real a todas las Administraciones y organismos públicos en lo referente al impacto del COVID-19 en los centros. Además, hasta este momento, las visitas realizadas a los centros por las distintas autoridades responsables han sido satisfactorias, al seguirse en los mismos las instrucciones, protocolos y procedimientos de trabajo legalmente previstos para esta situación. Prueba de ello es que en algunos de nuestros centros estamos recibiendo en las últimas semanas residentes provenientes de distintos hospitales, que, habiendo superado el COVID-19, o estando en proceso de hacerlo, no puede regresar a sus anteriores residencias por la dificultad de las mismas en garantizar el cumplimiento normativo.
Es importante destacar también las labores de desinfección que se han llevado a cabo en los centros a través de empresas privadas contratadas por ORPEA Ibérica, a las que también se han sumado como apoyo la Unidad Militar de Emergencia, Guardia Real, el cuerpo de Bomberos y otras entidades locales, que han reconocido siempre la gran labor realizada por nuestros profesionales y a quienes agradecemos su colaboración y disponibilidad.
El impacto del COVID-19 ha sido evidente a nivel mundial, y España, como es sabido, ha sido y es uno de los países más afectados. Lógicamente nuestro sector, que acoge a las personas mayores más vulnerables, con una mayor media de edad y con un mayor nivel de dependencia, no ha sido una excepción.
Hay que tomar en cuenta, además, que nuestros centros albergan diferentes unidades de alta dependencia y que habitualmente también se prestan servicios de cuidados paliativos, por lo que los residentes alojados en los mismos, además de tener una edad media bastante superior a los 86 años, presentan un nivel de dependencia medio muy elevado y unas patologías basales de considerable gravedad.
En ORPEA Ibérica afrontamos el presente y el futuro con un prudente optimismo. Hemos empezado, por propia iniciativa, a realizar desde hace unos días test serológicos que vienen a complementar los que las distintas comunidades autónomas están realizando en los centros. Los resultados de los test nos permitirán tomar decisiones para iniciar una desescalada del confinamiento y una vuelta prudente a la normalidad y a las rutinas diarias de los residentes, lo que sin duda repercutirá en una mejora de sus capacidades físicas, cognitivas y emocionales.
Asimismo, queremos retomar, dentro de las posibilidades que el Estado de Alerta nos permita, los encuentros entre familias y residentes, y esperamos poder ofrecer en breve novedades en este sentido.
Queremos ser muy claros y acreditar que todos los cuidados a los residentes han sido siempre adecuados, negando rotundamente cualquier insinuación interesada sobre lo contrario, aunque debemos ser todos conscientes, pues ha sido público y notorio, que durante algunos días, en algunas comunidades autónomas, la situación en las instalaciones sanitarias y de servicios sociales, esta última donde se enmarca la actividad de ORPEA Ibérica, ha sido complicada.
Se viene prestando especial atención a la nutrición, la hidratación y la continuidad de los tratamientos médicos de los residentes, así como su adaptación a cada momento, algo fundamental para mantener el máximo nivel de salud posible, incluso en estas circunstancias. Así, por ejemplo, cuando se evidencia una escasa ingesta de líquidos por parte del residente, se inicia una hidratación suplementaria con líquidos adaptados y otras medidas adicionales.
Como apuntábamos anteriormente, desde que se inició el confinamiento de los residentes en sus habitaciones, estos realizan las comidas diarias en las mismas. Para ello, el grupo ha invertido en materiales especiales desechables, que aseguran un menor riesgo contaminación, A todos los residentes se les supervisa o se les administra la correspondiente comida (desayuno, comida, merienda, cena y recena).
Además, se han adaptado los menús para tratar de mantener la buena alimentación, ofreciendo siempre el aporte nutricional más adecuado. En el caso de residentes con síntomas compatibles o positivos en COVID-19 se ofrecen opciones de alimentación frías y texturas, ya que hemos comprobado que personas con esta enfermedad prefieren este tipo de alimentación.
Como saben se han mantenido los servicios de terapia, fisioterapia, animación sociocultural, etc. para continuar durante el confinamiento con algunas de las rutinas y actividades habituales.
Por último, desde ORPEA Ibérica queremos agradecer a todos los residentes y familiares su cooperación y comprensión en su compromiso, dedicación y profesionalidad.
Les aseguramos que todos y cada uno de los profesionales que forman ORPEA Ibérica están dando lo mejor de sí mismos, cuidando y protegiendo a sus familiares, como también lo han hecho con todos aquellos residentes que lamentablemente han fallecido durante esta pandemia, y cuya pérdida tanto sentimos.
Esperamos poder continuar comunicando novedades, siempre positivas, de cara al desconfinamiento y a la prudente vuelta a la normalidad deseada por todos.