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El último informe de proyección 2020-2070 del INE señala que estos porcentajes irán en aumento. La población de más de 65 años ascenderá a un tercio del total y su tasa de dependencia a casi el 57%.
Con estas cifras sobre la mesa, la mayor parte de los estudios señalan que la población española será una de las más envejecidas y dependientes del mundo. Pese a ser un sector esencial, los cuidados en España adolecen aún de una suficiente profesionalización, como recuerdan desde ORPEA, líder europeo en atención a la dependencia y el cuidado de los mayores. “Hay una necesidad de formación que es y será primordial frente al reto de la dependencia. La capacitación de los cuidadores como profesionales sociosanitarios junto al reconocimiento del sector han de ser esenciales”, señala Alberto Crespo, director de Recursos Humanos de ORPEA Ibérica, una compañía que en España emplea a cerca de 2.300 personas cuidadoras.
Para capacitar a los cuidadores, ORPEA cuenta con programas formativos dirigidos. “Somos uno de los países con mayor esperanza de vida, tenemos que capacitar a los cuidadores para dar calidad, dar vida a esos años, y para eso la formación precisa tanto de desarrollo de habilidades más físicas como pedagógicas y emocionales”, explica Alberto Crespo. “Formamos en adquisición de conocimientos técnicos asistenciales – la prevención de caídas, la nutrición, la manipulación de alimentos como la higiene, el aseo, o la prevención COVID-, pero también en valores tan importantes como la humanización en el cuidado y el autocuidado emocional de las personas cuidadoras”, detalla el director de Recursos Humanos de ORPEA Ibérica.
En 2022, ORPEA en España prepara un Programa Psicoeducacional para el buen trato de personas mayores y dependientes, con técnicas de sensibilización, comunicación e inteligencia emocional.
La compañía implementará, además, itinerarios formativos por perfil (cuidador y cuidador referente), para profesionalizar el rol, así como un programa de acción basado en el Decálogo para el buen trato, que toma como referencia las recomendaciones de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG).
Agotamiento, trastornos del sueño, irritabilidad, tristeza o dificultad para concentrarse son los principales síntomas físicos y emocionales del llamado ‘síndrome del cuidador quemado’ o del cuidador agotado, una afección frecuente en los cuidadores y cuidadoras, como consecuencia del estrés y de la falta de tiempo.
Es fundamental que las personas cuidadoras conozcan las claves del autocuidado. De este modo, podrán prevenir problemas de salud y evitar complicaciones. Expertos de ORPEA ofrecen los siguientes consejos para el autocuidado de los cuidadores: