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El objetivo del grupo es conseguir que cada una de sus residencias se conviertan en centros libres de sujeciones antes de comenzar el año 2018. La máxima atención se pondrá sobre los centros recientemente adquiridos.
La política asistencial de ORPEA Ibérica sigue apostando por la libertad de movimientos en sus residentes. De los 44 centros que el grupo tiene repartidos por todo el territorio nacional, 19 de ellos ya se consideran libres de sujeciones, siendo Puerto Banús y Zaragoza los últimos en sumarse a la lista. Y no serán los últimos, puesto que el objetivo del grupo es conseguir que todos sus centros alcancen el nivel de 0 sujeciones.
Un objetivo para el que ORPEA ya se ha marcado fecha, finales de año. Y es que antes de comenzar el 2018, el grupo quiere que todos sus centros de España sean centros libres de sujeciones. Un ambicioso planteamiento con el que posicionarse como líder del sector en eliminar totalmente un sistema de sujeciones que, como avalan los estudios, supone graves perjuicios para los residentes.
En ese sentido, desde ORPEA no cabe ninguna duda en considerar las sujeciones como elementos de riesgo que pueden suponer una lesión física severa y, a nivel psicológico, provocar efectos negativos a la vez que graves alteraciones conductuales.
Por ello, desde la dirección asistencial del grupo se forma a todo el personal para lograr que la eliminación de sujeciones se consiga de una manera óptima. Victoria Pérez, directora asistencial de ORPEA Ibérica, explica la formación que el grupo ofrece a sus trabajadores: “Nosotros, de forma periódica, realizamos cursos de formación porque es indispensable tener a todo el personal implicado con la causa. Es la única forma de conseguir la reducción progresiva de las sujeciones”.
Una progresión que comienza con el equipo médico de cada centro y que tiene su continuación en la concienciación del propio residente y sus familiares. “Desde el minuto uno se comunica al residente cuál es nuestro objetivo en cuanto a las sujeciones y damos toda la información requerida. Además de trabajar de forma personalizada con cada persona y ofrecer los medios técnicos necesarios que mejor se adapten a sus necesidades”, explica la doctora Pérez.
Cada sujeción retirada en un centro ORPEA se realiza después de una valoración individual de carácter interdisciplinar sobre cada residente. Porque antes de alcanzar la retirada, absolutamente todos los técnicos han presentado sus informes comunicando las consecuencias negativas del mantenimiento de las sujeciones que en su día fueron colocadas.
Una vez retiradas, los beneficios no tardan en aparecer. La doctora Pérez explica los dos ámbitos en los que los residentes notan mejorías: “La situación física mejora considerablemente, con el aumento de masa muscular y una consiguiente mejora de movilidad, coordinación y equilibrio. Y a nivel psicológico, al permitir que el residente sea libre dentro de un espacio protegido, desaparecen trastornos conductuales como la agresividad, la apatía o la agitación. Además, los residentes se vuelven mucho más sociables y se consigue una mejora de la autoestima”.
Por todo ello, ORPEA continuará sumando centros libres de sujeciones a los ya existentes en las Comunidades de Madrid, Aragón, Castilla La Mancha, Castilla y León, Catalunya, Andalucía, Murcia y Comunidad Valenciana. Residencias que se caracterizan por la supervisión de los espacios comunes, la aportación de elementos facilitadores como camas Alzheimer y una participación activa en grupos de actividades. Todo ello parte de la exitosa política asistencial con la que se busca eliminar las sujeciones de todos los centros ORPEA.