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Por eso, en el Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra el próximo lunes 10 de octubre, ORPEA, empresa referente en la atención a personas mayores, pone en valor el cuidado de la salud mental en las personas mayores desde ORPEA Madrid Puerta de Hierro, centro focalizado específicamente en personas mayores con problemas de salud mental y uno de los pocos en España con este tipo de especialización.
El cuidado de la salud mental en las personas mayores ayuda a mantener su autonomía y evita la aparición de una dependencia funcional precoz. Así lo explica Elena Martín, neuropsicóloga de ORPEA Madrid Puerta de Hierro: “Una buena salud mental permite a la persona mantener su propio autocuidado. Cumplir con una dieta adecuada, realizar ejercicio físico o preocuparse de controlar su mediación, si son pacientes crónicos, influye positivamente en su bienestar y calidad de vida”.
Por tanto, con el fin de promover el envejecimiento activo de estas personas es importante conocer los factores que predisponen a la aparición de trastornos de ánimo, qué signos pueden alertarnos para saber si tenemos que pedir ayuda profesional, incluso qué medidas tomar para prevenirlos.
Según Elena Martín, el origen de la enfermedad mental en las personas mayores depende de múltiples factores. “Por un lado, existen cambios cerebrales (neurobiológico, psicológicos y sociales) asociados al envejecimiento que confieren al anciano una vulnerabilidad para padecer enfermedades mentales, sobre todo ansiedad y depresión. Por otro lado, las personas mayores sufren una mayor situación de aislamiento social, duelos múltiples y pérdidas funcionales que determinan una situación de estrés crónico mantenido que favorece la aparición de enfermedades mentales”. A esto, hay que sumar que algunas personas mayores cuentan con antecedentes de enfermedad mental de inicio en la edad adulta, que pueden reagudizarse en mayor medida por los factores descritos asociados al envejecimiento.
Esta especialista asegura que la depresión es la enfermedad mental más frecuente en las personas mayores. Afecta, aproximadamente, al 5 % de la población mayor de 65 años. Y uno de los inconvenientes para su apropiado abordaje es la dificultad en la detección: “En la persona mayor se solapan múltiples síntomas de las diferentes enfermedades o efectos secundarios de los medicamentos que toman, que pueden confundir a la hora de establecer un diagnóstico correcto”.
También las situaciones de aislamiento social y dependencia funcional, asociadas al envejecimiento, facilitan que tanto el propio paciente como su entorno justifiquen la discapacidad asociada al trastorno mental como una situación normal relacionada con el envejecimiento.
Pero una correcta detección permite un adecuado tratamiento y una mejoría de la dependencia funcional, la calidad de vida del paciente y una merma de los costes asociados. Por tanto, es importante estar atentos a los signos o síntomas asociados a trastornos afectivos en las personas mayores. La neuropsicóloga de ORPEA Madrid Puerta de Hierro destaca los siguientes: “Pérdida de apetito, pérdida de movimiento y aislamiento psicosocial. Asimismo, pueden aparecer síntomas psicóticos (ideas erróneas sobre perjuicios, robos, etc.) en ausencia de diagnóstico previo de demencia que pueda justificar la aparición de estos síntomas”.
La neuropsicóloga Elena Martín asegura que “establecer rutinas saludables diarias, la adherencia a los tratamientos y mantener redes sociales y afectivas pueden contribuir a cuidar la salud mental en las personas mayores”. En esta línea recomienda: