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Para conseguir la máxima cobertura de vacunación entre sus residentes, ORPEA ya ha solicitado el 100 % de las vacunas que necesitan para empezar a vacunar en los primeros días de la campaña y proteger a sus usuarios de las complicaciones que puede provocar esta enfermedad, sobre todo en la situación actual.
La gripe es un problema importante de salud pública con una alta morbimortalidad para las personas que lo padecen. Si bien en la población general se estima que afecta a entre un 10 y un 20 %, en los personas mayores institucionalizadas este porcentaje puede ascender hasta el 50 %. Por tanto, es fundamental vacunar a este colectivo que, en algunos casos, cuenta con pluripatologías y es más susceptible de tener problemas derivados de la gripe (neumonías y/o descompensaciones de sus patologías de base y derivaciones a urgencias e ingresos hospitalarios).
«Con la vacunación prevenimos las complicaciones que a veces conlleva esta enfermedad. Nuestro objetivo es conseguir un alto porcentaje de vacunación. De este modo, se disminuiría mucho la incidencia de la gripe, y el diagnóstico diferencial entre ambas (gripe y coronavirus) sería más fácil, ya que distinguiríamos mejor si una persona puede tener una patología u otra. Así estaremos mejor preparados para el próxima temporada de otoño e invierno”, explica la directora Sanitaria de ORPEA, Victoria Pérez.
Todos los años, en septiembre, ORPEA se encarga de informar a las personas mayores y a sus familiares, de gestionar las vacunas y de suministrárselas a los usuarios en la propia residencia. Este año esa campaña de divulgación a los residentes, familiares y trabajadores de los centros ha sido más incisiva, pues las últimas investigaciones consideran que la inmunización frente a la gripe puede evitar más complicaciones en caso de contraer el coronavirus. Por tanto, “es importante la implicación de todos”, advierte la directora Sanitaria de ORPEA.
El principal método para prevenir la gripe y sus complicaciones graves es la vacunación antigripal. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda su administración anual a las personas mayores y a los pacientes crónicos, pero también a los trabajadores sanitarios “con el fin de proteger su salud, la de su familia y la de los residentes”, indica la doctora Pérez.
Una proporción importante de trabajadores sanitarios se infectan a lo largo del año, principalmente en invierno. Por tanto, “es necesario que se vacunen como medida de autoprotección y para evitar ser la causa de transmisión en las personas mayores que tienen a su cuidado y en sus compañeros”, concreta la directora Sanitaria de ORPEA.