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En las residencias de mayores de ORPEA no se cumple la máxima de que el amor no tiene edad. En estas residencias, repartidas por todo el territorio nacional, sí la tiene y de qué manera. Algunas parejas que conviven en ellas celebran en este San Valentín una relación que ha sido testigo de dos siglos distintos. Toda una vida, en definitiva, desde el flechazo de cupido, cuando los novios eran “para siempre”. En la salud y la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, ellos han resistido a los cambios sociales y vaivenes de la vida.
Si no, que se lo pregunten a Blas y Antonia, 91 años él, 79 ella. Llevan juntos desde 1961 cuando se conocieron en la recogida de la aceituna. Inseparables desde entonces, se han dedicado a la agricultura, han traído al mundo a tres hijos y, cuando hace dos años su casa sufrió un incendio, dejándoles sin nada, ingresaron en la residencia ORPEA Andujar (Jaén). Blas, al ser preguntado por mujer responde sin dudar que, seis décadas después, aún “la quiere un millón”.
¿Cómo resiste un amor el paso de los años y las adversidades? “Pues queriéndote y respetándote igual que al principio, igual a los 40 que a los 50”, responde Adela. “Y aguantando carros y carretas”, añade su marido Julián. Él tiene 94 años, ella 87 y viven en la residencia que este grupo tiene en la localidad madrileña de Villanueva de la Cañada. Llegaron juntos porque “donde uno va, va el otro”.
Aseguran estar enamorados como el primer día, al igual que Víctor y su esposa Josefa, residentes de ORPEA Torrelodones. Él recuerda con cariño cuando le robó un beso y ella salió corriendo en pleno cine: “Yo le dije que ‘dos besos tengo en el alma, no se apartan de mí, el último de mi madre y el primero que te di’”. Dice Josefa que “de esas tiene muchas” porque es muy divertido y cariñoso. Ella presume, además, de que su marido es un encanto, a lo que el responde que no la dejará nunca.
Y es que “se crea una unión en la que uno no concibe estar sin el otro”. La respuesta procede de ORPEA Puerto Banús, en Marbella (Málaga), donde celebran 69 años de amor José y Pilar nonagenario él, octogenaria ella. El próximo año llevarán siete décadas juntos y celebrarán las “bodas de titanio”. Con motivo del Día de los Enamorados, ambos reflexionan sobre la evolución de su relación a lo largo del tiempo: “Nuestra relación se ha ido transformando durante toda la vida, derivado de los recuerdos del pasado, que hemos creado con respeto y amor verdadero. Como conclusión dos han pasado a ser uno, es lo principal.”
Blas trabajaba en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos y por eso se casaron en Cádiz, en un enlace en el que sólo eran ocho personas “contando al cura y al monaguillo”. Llegaron a la residencia “juntos y de la mano”, a lo que Blas añade: “Vinimos a probar la residencia hace seis años y nos gustó bastante. En Madrid nuestra vida empezaba a cambiar, los hijos se emancipaban y nuestra casa familiar se quedaba cada vez más grande para nosotros”.
De nuevo surgen los términos “cariño, amor y paciencia”, que son lo que esta pareja afincada en la Costa del Sol les recomienda a los jóvenes para que su relación perdure. También en Marbella, en el centro de ORPEA Puente Romano, Francis aporta su reflexión: “Para que el matrimonio tenga éxito hay que asegurarse que tenemos la misma idea y perspectiva de la vida. Yo le dije de viajar y ella me dijo sí, yo voy contigo”. Conoció a su esposa Evelyne en la Facultad de Ciencias Geológicas, en París y llevan 59 años casados. Ahora ella padece Alzheimer, pero no se ha olvidado de quien es su marido. Él, mientras, escribe sus memorias, en las que cuenta, entre otras, el comienzo de su relación y el nacimiento de sus hijos. Ahora está entregado al tomo octavo, en el que relata sus vivencias en la residencia, las actividades y las excursiones, y “todo lo relacionado con Evelyne y nosotros”.
Desde Torrelodones Josefa añade el respeto y “que los enfados se pasen” y desde Villanueva de la Cañada, Adela aconseja no dar importancia a los enfado. Asunción, que lleva casada 62 años con su marido Antonio, y ahora reside en ORPEA A Coruña, dicen que hay que entender que aunque no se sienta el amor como el primer día, ya que este “se transforma”, lo importante es seguir sintiendo a tu pareja como “tu compañero de viaje”.